Archivo anual 7 abril 2024

PorMagnus

La fotografía y los pósters, aliados desde siempre

Los pósters utilizan un lenguaje visual claro y directo. En general, una imagen de lo que desea comunicar y un fragmento de texto que le da cuerpo a la idea, logrando un complemento perfecto entre los dos lenguajes. Pero la imagen puede ser casi cualquier cosa, desde un dibujo hasta una fotografía. De este modo, el póster puede adaptarse a la idea que desea transmitir y tener un efecto más profundo en el espectador.

La verdad es que de manera muy simple: la fotografía debe ser, en primer lugar, de excelente calidad, es decir, manejar el lenguaje visual de manera excelsa. Los pósters de Desenio cumplen a cabalidad con este requisito, ofreciendo una factura de primera calidad y un diseño único para toda clase de ambientes y gustos.

Con la fotografía, y conociendo a ciencia cierta lo que desea comunicar, el artista del póster podrá trabajar sobre la imagen, incluir otras referencias y el texto, desde luego, si desea integrar la palabra al concepto. Eso sí, entre ambas partes deben hacer una conexión estilística, un sentido común que las una y logre un todo uniforme que tenga lógica. El póster en sí es una integración de todas estas partes, con el fin de dar a conocer un mensaje.

PorMagnus

Cuadros y fotografía: ¿cómo se vinculan?

La fotografía tiene un lugar muy especial dentro de las artes visuales. Tiene un lenguaje único que mezcla perfectamente la intención del autor con la técnica y la tecnología de la cámara. Esto hace que el equilibrio entre estos tres aspectos sea muy difícil de lograr. Sin embargo, existe otro aspecto que suele pasarse por alto: los colores y el gesto, que son propios de las pinturas, los cuadros y su lenguaje.

Cuando hablamos de cuadros, nos referimos a cualquier imagen que pueda encuadrarse y colgarse en una pared. Es así como una fotografía puede convertirse en un cuadro excelente, sin ser una pintura al óleo o algo similar. Para esto, debe contar con un buen lenguaje y una imagen bien encuadrada. Es decir, requiere de un buen manejo de la luz, la sombra, las texturas y el lenguaje metafórico.

Toda fotografía cuenta una historia. Más allá de ser un fragmento de realidad, una fotografía puede significar algo más: una idea, un concepto, un discurso y hasta una crítica. Aún así, si no hay técnica fotográfica, el resultado puede ser mediocre.

Para que una fotografía se convierta en un cuadro, debe adoptar la forma de este. Es decir, debe estar enmarcada y colgarse en la pared. Esto es sencillo. Únicamente es necesario acudir a un experto artesano que haga este trabajo a la perfección. Sin embargo, lo difícil radica en elegir el marco perfecto para la fotografía.

Una opción muy recomendable es utilizar un paspartú, es decir, un borde blanco al interior del cuadro que separe la imagen del borde. Por fuera, un marco negro siempre es elegante y fino. De este modo, no se entorpece la visión de lo que ocurre al interior. Esta es la mejor manera de convertir una fotografía en un cuadro.